El boxeo olímpico, antaño cuna de leyendas y uno de los pilares de los Juegos, se encuentra hoy en una encrucijada. Escándalos administrativos, controversias arbitrales y la amenaza de exclusión del programa olímpico han sumido al deporte en una crisis. Con la mirada puesta en Los Ángeles 2028, muchos esperan que esta edición marque un renacer capaz de devolver al boxeo su lugar de prestigio.
Declive y Crisis del Boxeo Olímpico
La trayectoria del boxeo en los Juegos Olímpicos ha estado plagada de problemas estructurales durante décadas. Desde las acusaciones de corrupción en Seúl 1988 hasta las polémicas decisiones en Río 2016, la credibilidad del arbitraje ha sido cuestionada repetidamente, erosionando la confianza de atletas, aficionados y federaciones nacionales.
La crisis alcanzó su punto álgido en 2019, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) suspendió a la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) por problemas de gobernanza y gestión financiera. Para Tokio 2020, el COI asumió directamente el control del boxeo, una medida sin precedentes que dejó clara la gravedad de la situación.
En 2023, pese a algunas reformas superficiales, el COI retiró de forma definitiva el reconocimiento a la IBA. Esto dejó al boxeo olímpico sin una federación reconocida oficialmente, poniendo en entredicho su permanencia en futuras ediciones de los Juegos.
Pérdida de Confianza y Demandas de Reforma
El núcleo de la crisis radica en la falta de credibilidad. Numerosos boxeadores han expresado su frustración por criterios de puntuación poco claros y decisiones arbitrales aparentemente injustificadas. Algunas federaciones han exigido sistemas de puntuación transparentes, supervisión independiente y mayor representación de los atletas.
Una respuesta ha sido la creación de nuevas organizaciones, como World Boxing, apoyada por países clave como Estados Unidos y Reino Unido. Esta iniciativa busca construir una estructura ética y alineada con los valores olímpicos, pero aún requiere reconocimiento oficial del COI y adhesión global.
Además, el público se ha alejado del boxeo olímpico. La falta de estrellas, historias coherentes y promoción efectiva ha dificultado competir con el boxeo profesional y disciplinas como las artes marciales mixtas. Recuperar al público requiere no solo reformas técnicas, sino también repensar el espectáculo y la difusión.
Los Ángeles 2028: ¿Un Punto de Inflexión?
Con la vista puesta en Los Ángeles 2028, el boxeo enfrenta una oportunidad crucial. Estados Unidos, país históricamente dominante en el boxeo olímpico, podría liderar el proceso de transformación. Su sistema amateur consolidado y peso mediático podrían impulsar un nuevo relato para el deporte.
El presidente del COI, Thomas Bach, confirmó la inclusión del boxeo en LA28, aunque bajo condiciones estrictas: transparencia arbitral, control financiero y gobernanza sólida. Esta inclusión condicional es tanto una advertencia como una oportunidad para demostrar una voluntad real de reforma.
Celebrar el boxeo en una ciudad con larga tradición en deportes de combate podría atraer inversiones, aumentar la audiencia y motivar a una nueva generación. Pero todo dependerá de que el boxeo presente una estructura ética y coherente que satisfaga los requisitos del COI y las expectativas del público.
El Papel de Estados Unidos
Como anfitrión, Estados Unidos tiene una posición privilegiada para definir el rumbo del boxeo olímpico. Su federación fue una de las primeras en alinearse con World Boxing, marcando distancia con la IBA. Esta decisión envía un mensaje claro de compromiso con la transparencia y la reforma.
Los boxeadores estadounidenses siguen entre los mejores del mundo, y su desempeño en casa podría reavivar el entusiasmo. Con el apoyo adecuado, una estructura transparente y una vía clara del amateurismo a los Juegos, el país puede convertirse en modelo de referencia.
La colaboración con otras naciones reformistas será esencial. Si Los Ángeles debe ser el salvavidas del boxeo olímpico, será necesaria una coordinación total entre atletas, entrenadores, dirigentes y medios para restaurar la credibilidad y el atractivo del torneo.

Más Allá de 2028: ¿Un Futuro Asegurado?
Incluso si el boxeo logra mantenerse en LA28, su futuro olímpico a largo plazo está lejos de estar garantizado. La clave estará en construir una federación internacional legítima, respetada y aceptada por todos los actores del deporte.
No bastarán reformas superficiales. El bienestar de los atletas, el acceso equitativo a la formación y la lucha contra el dopaje deben ser ejes fundamentales. El boxeo no puede permitirse volver a caer en los errores del pasado si quiere consolidarse como disciplina olímpica.
Asimismo, la representación global debe ser prioritaria. Todos los países deben tener acceso justo a la competición y la formación. La igualdad de oportunidades y la integridad deben ser los cimientos de una nueva era para el boxeo en los Juegos.
Hora de una Visión Estratégica
El boxeo olímpico se encuentra ante una decisión crucial. La amenaza es real, pero también lo es la posibilidad de una renovación auténtica. Un deporte cuestionado por su opacidad tiene ahora la ocasión de redefinirse.
Los líderes del boxeo deben adoptar una visión a largo plazo: digitalización, inclusión juvenil, paridad de género y conexión cultural. Solo así podrán sobrevivir más allá de 2028 y recuperar un lugar destacado en el movimiento olímpico.
Ya no se trata de si el boxeo puede sobrevivir, sino de si está dispuesto a evolucionar. Los Ángeles 2028 podría marcar el inicio de un nuevo capítulo, pero solo si el deporte decide romper con su pasado y construir un futuro ético y sostenible.